Alejandro Rios: Intercambio cultural entre nosotros (El Nuevo Herald)



Después de tantos años de éxito continuo, el centro nocturno Hoy como ayer sigue siendo un sitio obligado a la hora de valorar la presencia y desarrollo de la música popular cubana contemporánea en Miami. No creo que ni en la isla, por carencias harto conocidas, exista un lugar tan intenso y progresista.

La semana pasada tuve el honor de presentar un video clip musical del polifacético artista y profesor Alfredo Triff, perteneciente a su más reciente álbum, Miami Untitled. La canción, interpretada por Roberto Poveda, y llevada al formato sucinto del video clip musical por Luis Soler, se titula Abusé y cuenta con la actuación estelar de la musa sentimental y artística del compositor, la actriz y poeta Rosie Inguanzo.

Valga la pena apuntar que Alfredo no anda por los rincones llorando porque la enrarecida política radial comercial local no incluya su música esmerada en los programas al uso.
No compone, ciertamente, para complacer un parámetro cansón y repetitivo, portador de frivolidades, que suele ofender la inteligencia del público con sus fórmulas. Lo suyo tiene garantizado audiencia en las posibilidades numerosas de lo alterno. De tal modo, cerca de doscientas personas se dieron cita en el acogedor espacio de Hoy como ayer.

Sobre el video clip musical apunté durante la presentación: “A Triff y sus partidarios les gusta hacer estallar patrones y estereotipos y en esta oportunidad tienden ante nuestros ojos un verdadero campo minado, donde nos damos de bruces con este singular manual, en vivo, de cómo se transmuta un ‘tarro cubano’ —en su acepción de adulterio— en un ‘tarro surrealista’, suerte de brindis a la memoria de Buñuel y su sempiterno Martini Seco, donde el ojo y la navaja han sido trocados en la cabeza de un puerco y el filo de un cuchillo matavaca”.

Todos los personajes que figuran en Abusé son cuenteros trashumantes. Se esfuerzan en “tupirnos” y alucinarnos, con sus historias. Es consustancial a los buenos músicos la seducción argumental, hacernos el “cuento de la buena pipa”, ese que nos enreda con mucho “ton y son”.